El Concepto de Amor en San Agustín

Para “t” que me enseñó el valor de amar.

E. Cano

En la actualidad solo prestamos atención a aquello que nos parece útil, es uno de los efectos secundarios del capitalismo que se ha filtrado a cada espacio de la vida de las personas. Usar expresiones como «invertí mi tiempo en ti» o «es una mala inversión salir con esta persona» presentan la mirada que tenemos sobre amar, así la utilidad que asignamos al amor se toma en función de lo que podemos obtener de la otra persona.

Por otra parte, el concepto del amor tiene un origen más religioso, al menos el mundo occidental posee una noción de amor que proviene del cristianismo, entre las grandes interpretaciones del amor se encuentra la de Aurelio Agustín Obispo de Hipona.

San Agustín, fue uno de los grandes reformadores de la iglesia católica, no solo brindo grandes aportes teológicos, sino que introdujo los conceptos clásicos griegos sobre el amor desde una mirada cristiana.

El dividirá el amor en dos grandes tipos: el amor por el mundo al que denomino Cupiditas y el amor desinteresado al que nombro Caritas.

Para San Agustín el amor es anhelo y por tanto cada tipo de amor desea cosas diferentes.

            Cupiditas es el amor egoísta, que busca el propio beneficio y se dirige a los objetos finitos(Arendt, 2009). Por eso nunca se verá saciado, pues pone su anhelo en las cosas del mundo cuya existencia es intrascendente para la vida humana.

Por ejemplo, cuando ponemos el amor en el dinero o las cosas materiales al final no podrán satisfacer nuestro anhelo y terminarán por convertirse en partes que nos consumen.

 Caritas, por su lado, es el amor desinteresado, que busca el bien del otro y se dirige a Dios como el bien supremo. Arendt interpreta el amor agustiniano como una forma de orientar la voluntad humana hacia el orden divino, superando la dispersión y la inquietud del corazón (Arendt, 2009, pp. 13-14).

Si nos cuestionamos porque existe tanto sufrimiento en el mundo, podemos encontrar la respuesta en la división que San Agustín propone del amor: «El amor al prójimo es la vía de encuentro con Dios, ya que el anhelo del pensador cristiano era la civitate Dei» (Arendt, 2009, p. 29) y el amor se dirige hacia un bien (una cosa u objeto) y para él ese objeto es dios y los hombres como imagen de él.

Cupiditas implica una actitud de temor a la muerte y una insatisfacción con la vida, que lleva a buscar siempre más bienes materiales y temporales.

Amar los objetos inertes, las cosas materiales nos deshumanizan, tal como mencionara San Agustín «eres lo que amas, por eso cuídate de lo que amas» de tal que, amar solo las cosas materiales nos quita la capacidad de reconocernos como humanos y por tanto reconocer el sufrimiento de los demás.

Por eso, Caritas es el amor perfecto, un amor libre y espontáneo, que no depende de ninguna necesidad o interés, sino que surge del reconocimiento del valor intrínseco del otro.


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